miércoles, 27 de junio de 2012

cuerpo habitado

Auguste Rodin, Salammbô (lápiz sobre papel, c. 1900)


Cuerpo en un horizonte de agua,
cuerpo abierto
a la lenta embriaguez de los dedos,
cuerpo defendido
por el fulgor de las manzanas,
rendido de colina en colina,
cuerpo amorosamente humedecido
por el sol dócil de la lengua.

Cuerpo con gusto a hierba rastrera
de secreto jardín,
cuerpo donde entro en casa,
cuerpo donde me tiendo
para sorber el silencio,
oír
el rumor de las espigas,
respirar
la dulzura oscurísima de las zarzas.

Cuerpo de mil bocas,
y todas doradas de alegría,
todas para sorber,
todas para morder hasta que un grito
irrumpa desde las entrañas,
y suba a las torres,
y suplique un puñal.
Cuerpo para entregar a las lágrimas.
Cuerpo para morir.

Cuerpo para beber hasta el fin –
mi océano breve
y blanco,
mi secreta embarcación,
mi viento favorable,
mi diversa, siempre incierta
navegación.


Eugénio de Andrade, Oscuro dominio, Hiperión, 2011.
(Traducción de Blanca Cebollero y Daniel Pelegrín.)

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