jueves, 4 de abril de 2013

Dos poemas de David Mayor


Entrar, ¿salir? ¿Se sale del todo de una lectura? Estos días entro y salgo de estos 31 poemas de David Mayor (Pre-Textos, 2013). Desde la primera inmersión que hice –hicimos: la poesía, muchas veces, es lectura compartida en esta casa–, he disfrutado con este libro sobrio y lleno de paradojas, de sugerencias y sentidos que uno intuye o percibe oblicuamente. Se narra mejor que en algunas prosas, aquí, y con tan pocas palabras. Ahí está todo: saber usar pocas palabras (no necesariamente las justas: ¿existen las palabras justas y necesarias?, ¿tienen importancia?). Aquí hay viaje, mutación, encuentros. Algo queda dicho, lo demás es un gran hueco que no necesita ser colmado de palabras.

Es difícil seleccionar. Escojo dos que me parecen, ya, memorables:


ADVERTENCIA

Mi corazón está en mi bolsillo,
hoy son los poemas
de Frank O’Hara –“El día que murió
Lady Day”–.

Mi trabajo es la aproximación,
subrayar con tinta muy licuada
la vida que cambia de acera,
habla lo justo y mira a los ojos
sin parecer un hombre asustado.


DESNUDO SENTADO

Como lectura de un libro
que revela quiénes somos,
te miro en ese cuadro
antes de que tú lo veas
y me mires:

la exigencia inexcusable
de encontrarnos.
Así de sencillo, así de laborioso.

2 comentarios:

  1. hasta que no lo lea varias veces no hablaré de él

    uno no se entera hasta que no rasca

    pero gracias por compartir

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  2. (esta noche estoy trabajando, sí)

    en realidad he escrito lo de ahí arriba porque me ha pasado últimamente con varios poemas: primero me han dejado un poco fría, luego me han hecho sonreír y a la tercera han sido una verdadera iluminación.
    y me ha dado por pensar que la poesía debería ser un poco así siempre.

    besos.

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