jueves, 30 de mayo de 2013

volver a Paris, Texas


Buscar. Regresar. La historia de Travis, Hunter y Jane. Volver a ver esta película como si fuera la primera vez. No por haber olvidado: porque la mirada es nueva ahora. La historia de Sam Shepard no sería gran cosa sin las imágenes de Wim Wenders y la guitarra de Ry Cooder, esos paisajes para una desolación. Buscar y encontrar. Regresar a donde no hay posible retorno. No necesitaba tener hijos para entender, pero ahora entiendo de otra manera la película. Entiendo a Travis. Pero entiendo más a Jane.

3 comentarios:

  1. tendré que volver a verla

    (me da un poco de miedo otra vez la belleza el dolor)

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  2. Pues es verdad. Me fascinó cuando la vi y luego no he tenido ocasión de enfrentarme a ella. Recuerdo una historia larga, densa, dolorida, con varias partes, mucha lucha y mucho amor.

    Mañana mismo la busco.

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  3. Cada película de Wim Wenders es diferente, o así me lo parece a mí, casi todas excelentes (las últimas menos, exceptuando la magistral Pina, que es más un ejercicio estético genial sobre el teatro danza de Pina Bausch). París Texas es de mis favoritas, junto a Cielo sobre Berlín y Lisboa Story. Sí, están el dolor y la intensidad, es una película de ritmo pausado, pero necesitamos también ese dolor en la ficción para seguir vivos. Al menos ese podemos elegirlo.

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