viernes, 21 de febrero de 2014

arden

© Anselm Kiefer.

Todos los libros que leo arden. Perdidos en algún lugar de mi memoria, nunca completos: quedan apenas virutas incandescentes, a menudo el rescoldo más o menos apagado de lo sentido entonces, rara vez un puñado de palabras. Las palabras son lo primero en arder. Forman con el tiempo una biblioteca calcinada, dentro, una biblioteca espejo de la que finge no conocer aún el fuego. Por eso toda relectura tiene algo de resurrección y de ave fénix. Luego, una vez más, arden.

miércoles, 12 de febrero de 2014

la imposibilidad de escribir

"Una crisis tiene también sus ventajas, eso afirma en cualquier caso la gente que no está pasando por una crisis. La ventaja principal de una crisis, afirman, consiste en llenar de dudas a quien pasa por ella. Por ejemplo: el antiquísimo hecho de que lo que ocurre y se piensa y se siente de modo simultáneo no se puede reproducir de modo simultáneo en la escritura lineal sobre el papel me preocupa tanto, que las dudas sobre mi fidelidad a la realidad en mi trabajo de escribir pueden aumentar hasta convertirse en casi imposibilidad de escribir."

Christa Wolf, La ciudad de Los Ángeles o El abrigo del Dr. Freud, Alianza, 2012.