viernes, 1 de julio de 2011

garabato 4


cómo pesa un nombre y qué lastre para toda la vida _ si fuésemos un poco inteligentes dejaríamos de ponernos nombres y nos llamaríamos según el brillo de cierta mirada o por la intensidad de un gesto o acaso por el ritmo del habla o del cuerpo al andar o al menos usaríamos nombres diferentes acordes con el pulso del momento y con quienes creamos ser entonces

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