sábado, 25 de junio de 2011
cercos (Guantánamo, todavía)
No sabes dónde estás, ni vas sabiendo quién eres, sólo sabes que te llevaron allí con los demás, hace mucho tiempo, no sabrías decir cuánto, dos o tres años o toda la vida, y que te preguntan, a diario te gritan, te golpean, te humillan (pero tú tambien has humillado, has golpeado, has gritado a otros en un lugar lejano a ese lugar ((una isla en el interior de otra isla, y ésta en una isla mayor y alrededor sólo el mar (((pero qué lejano el mar cuando el único horizonte son los cuatro tabiques de esa celda, cuando por todo recuerdo ((((en aquella aldea estaban Marwan y Nureddín, todos habían venido a luchar por lo mismo y creían en lo mismo, pero tú, ¿creías de verdad? Había que demostrarlo, y qué mejor modo que dar la vida (((((pero la vida, qué es la vida, cómo arrebatarla así cuando tú mismo has llorado la barbarie en nombre de tanta mentira, por qué la vida como moneda))))), porque la vida verdadera está en otros jardines, te decían, donde sólo los más osados y los puros llegan)))) el mar es aquel verano en casa de tu primo Omar en Aqaba, sus trofeos de pesca submarina y el viaje de regreso, desierto adentro, con el mar en la mirada))), esa base limitada es una isla dentro de otra isla, y de tan adentro está más afuera, afuera del mundo y de toda ley)), también tú has engendrado el miedo y la sangre y el espanto), a diario escupen sobre el libro que adoras y te dicen demonio, y tú no sabes ya quién es un demonio, si vosotros o ellos, si los que estáis dentro o los de afuera, demonios uniformados, sin palabra ni ley ni humanidad.
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